8 años

No estaba de fiesta, estaba de parranda. ¿Acaso no es lo mismo?

Sea lo que sea, lo cierto es que mucho ha transcurrido desde la última vez que escribí por acá.

Y es que con el auge de las redes sociales, los compromisos de una working mom, mujer casada y todos los cambios que han llegado a mi vida en estos 8 años, todo se ha vuelto más importante y prioritario, que venir a tirar mis letras por acá.

La necesidad de escribir siempre lo he tenido, pero en los últimos años he preferido escribir para mí y solo para mí, sin que nadie más lea o se entere de mis apuntes.

Pero me detengo por unos instantes a rememorar las amistades que obtuve gracias a mi «Nikkei Life», y definitivamente la nostalgia me hace cosquillas, como si se tratase de algún reto que debo cumplir, o una invitación a recordar la paz que se obtenía escribiendo porque sí.

Era bonito. Se siente bonito.

Escribir siempre me trae paz y calma, incluso en momentos de altas emociones.

En estos 8 años he escrito mucho, pero nadie lo ha leído.

Quién sabe si vuelva a plasmar con frecuencia por acá, pero si alguien se ha mantenido por ahí pendiente a mis escritos, reciba los saludos de esta domínico japonesa.

Hello word, 8 años después.

Cansada

Estoy cansada. 

De una cosa, de la otra.

 

De mil problemas. 

De viajes.

De rutinas.

Del aburrimiento.

 

De cambios.

De responsabilidades.

De compromisos.

De esperar.

De no desesperarme.

De mantener la calma. 

 

Cansada de estar cansada. 

 

Estoy cansada. 

Pero quiero vivir. 

 

 

 

Ni Likes, ni Shares.. Actuemos

¿Un mundo cada vez más injusto? ¿Más violencia? ¿Autoridades corruptas?… ¿Y usuarios morbosos que continúan con su larga cadena de fotografías -Muchas veces alteradas-?

Sí. Por más que usted quiera hacer bulla para llamar la atención ante algún hecho que afecta a la sociedad, ese material gráfico, lamentablemente lo que alimentará es morbo. 

Se ha preguntado usted ¿Con Likes y Shares se resuelven la falta de camillas en los hospitales? ¿Se encontrará cura o tratamiento más asequible para los pacientes de cáncer? ¿Dejarán de abandonar niños, envejecientes y mascotas indefensas?
Ya sabemos cuáles son nuestros problemas. Busquemos soluciones. Aportemos en vida real.

Quizás y en nuestros países subdesarrollados, con un sistema mediocre y corrupto, quejarse ante las instituciones no sirva de mucjo. Pero, ¿Lo hará compartir la foto del rostro golpeado y ensangrentado de una persona víctima de violencia doméstica? ¿El cuerpo sin vida de una persona que falleció al ser asaltada, o de un drogadicto que entró en shock luego de sobredosis?

Recordemos que ellos tienen dolientes. Y en el peor de los casos, si es que realmente están solos en este mundo, continúan siendo seres humanos.
¿Te vale mierda porque no los conoces, porque no es tu familia?

Esa conducta no es más que otra manera de alejarse y evadir nuestra realidad. Tantas cosas feas nos vuelven insensibles, nosotros mismos preferimos escondernos y proteger nuestra psiquis.

Por eso, es posible que te valga lo mismo si es la pierna destrozada del atleta que corría en Boston, o la niña que atropellaron en China y nadie le hacía caso.

Pero te repito, ¿Harto de tanta injusticia y mierda? Empieza por cortar todo tipo de material morboso de tus redes. Y no, no me refiero al porno MILF o de perros con rubias que tengas guardado. Sabes bien a qué me refiero.

Empiece por ser más justo en su hogar.
A no descargar su furia con su familia. A sonreír y abrazar. A dormir pegadito de su pareja, de sus hijos. A besar a su madre, a conversar con su padre. Empiece con esos que más le apoyan y más le necesitan.

Y piense que ayudar implica actuar, y no precisamente dando click en par de botoncitos de su celular.

Si tanto quiere ayudar, sepa que esos niños con cáncer, las personas golpeadas, los viejitos abandonados, los analfabetos, las mascotas atropelladas.. Todos ellos no viven en FB o Twitter. Están en nuestros barrios, en nuestras comunidades.. E incluso en nuestras familias.

¿No me cree? Lo reto. Haga la prueba. En unos meses vuelve y me cuenta.. Si vale más un like/share o la sonrisa de alguien que ha luchado por recuperarla.

¿Has devuelto tus favores?

¿Cuántos favores has devuelto en tu vida? Ciertamente no es correcto hacer las cosas esperando una recompensa. Nuestras acciones deben de ser genuinas y desinteresadas. Pero, ¿Nos hemos detenido por un momento a pensar en todas las veces que nos han hecho sonreír? ¿En las veces que nos sacaron de tremendo problema cubriendo nuestras faltas? […]

¿Cuándo empezar?

Pues que estamos aquí porque la vida es un ciclo. Un conjunto de marañas, volteretas, enredos, caminos cruzados.  Pero todo se resume en «principio» y «fin». 

Inicias a vivir y terminas de vivir.
Todo lo que sucede en ello es un conjunto del mismo proceso que se repite una y otra vez sin cesar. 

La clave está en iniciar.
Desde que tus padres te concibieron o desde que saliste del vientre de tu madre, desde que distes los primeros pasos. Todo comienza por alguna razón y en determinado momento, nos guste o no.

Pero ¿Cómo saber cuándo iniciar?
Y me dirás, ¿Iniciar qué cosa?
A lo que te responderé: Lo que sea que ahora mismo estás pensando. 
La respuesta reside muy dentro de nosotros. 

Que no soy nada filosófica o muy hippie. 

Decidir empezar a estudiar una nueva carrera, abrir una cuenta de ahorros para el futuro, pedirle matrimonio a tu chica, aumentar la familia. 
Todo eso es sinónimo de iniciar, de empezar, de comenzar, de abrir un nuevo ciclo. 

¿Y cuándo empiezas el ciclo?
Cuando tú te motives a hacerlo. 

Nosotros somos tan vagos y cobardes que nos cansamos de buscas excusas muy convincentes para postergar el inicio de ese ciclo que deseamos empezar. 

No.  No.  No estoy diciendo que se pongan a parir muchachos sin tener donde vivir.  Tampoco insinúo que te inscribas en la universidad si no tienes la más remota idea de qué carrera te interesa. 

Eso es falta de sentido común y para empezar un proyecto, aunque sea un poquito de preparación y organización debería de existir. 

Yo me refiero a esos inicios que dejamos postergados esperando a una señal, a una fecha, a que se case Fefita… 
Empezar es tan sencillo como hacerlo sin miedo…  O más bien, hacerlo a pesar del miedo. 

Yo tengo tantos ciclos en proyecto que han pasado años y años sin comenzar. 
Creo que ya es tiempo de enfrentar mis temores y comenzar.  Porque solamente comenzando es que se llega al final.

¿TE ANIMAS A COMENZAR?

Hola 2014

Llegó el 2014. 

Cuando era adolescente, por alguna razón extraña, sentía cierta atracción por este número, o mejor dicho, por este año. 

2014 sigue al 2013.  Sí.  13.
Ese número que es tan rechazado y visto de mala manera en muchas culturas porque es de mala suerte. 
Y no es que yo sea supersticiosa, pero, la costumbre hace ley en muchas ocasiones.  Así que, hablar del 2014 es sinónimo de borrón y cuenta nueva, de calma después de la tormenta, de paz y tranquilidad tras el calvario. 

Yo no soy de las personas que se proponen metas cada año.  Soy un alma en libertad y prefiero vivir disfrutando poco a poco, con lo que tenga y a quiénes tenga junto a mí. 

Pero este año 2014 me tiene cautivada desde hace mucho.  Quizás porque en julio se cumplirán diez años que terminé el colegio.  O porque este año cumpliré 27, y la suma de ese número es 9, que resulta ser uno de mis favoritos.

La verdad es que no entiendo exactamente por qué me atrae tanto este dos mil catorce.  No lo conozco.  Apenas y  llegó a mi vida unas 25 horas atrás, así que no puedo decir muchas cosas. 

Lo cierto es que luego de doce meses, con suerte, yo estaré pasando resumen de lo bien o mal que me vaya.  Lo cierto es que el tiempo no espera, ni se hace eco de cursilerías, por lo que mientras escribo estas líneas, el reloj avanza y acorta mis horas de sueño. 

Hola 2014.  Aquí estás. 
Vamos a empezar. Que aunque no tenga resoluciones anotadas, me permitas (y yo haga mi parte)  de ser feliz y hacer feliz a todo el que se deje.

Hola 2014.  Gracias por llegar.  🙂

Thank You From Japan – Gracias desde Japón

Ya han pasado más de dos años desde aquél devastador terremoto y tsunami que afectó la Costa Nordeste del Japón.

Las muestras de solidaridad provenientes de distintas partes del globo terráqueo no se hicieron esperar. Las cartas se viraron, y Japón, pasó de ser socorrista a socorrido.

El tiempo ha transcurrido y si bien Japón no se ha logrado recuperar por completo, muchas cosas han mejorado y sus habitantes trabajan arduamente para continuar hacia adelante con sus vidas y el desarrollo de la nación.

Mi madre me enseñó que ante cualquier gesto amable hacia mi persona, debía de responder diciendo «gracias» y que debía de sentirlo en mi corazón. Pues bien, es momento de que el pueblo japonés agradezca al extranjero por todo el apoyo recibido desde aquél 11 de marzo del 2011.

Desde lo más profundo de mi corazón, en mi calidad de domínico-japonesa, deseo agradecer a todo el pueblo dominicano por su muestra de solidaridad y apoyo a la nación japonesa y a la comunidad de inmigrantes radicada en este país.

Gracias

(Photo & Video: Lots of Heart Project)

¿Qué clase de modelos somos?

Los padres (o cualquier adulto a cargo del cuidado y la crianza) somos modelos a seguir de nuestros hijos. Y esto no es algo que yo me haya inventado, ni tampoco mi abuela. Está de más decir que esas mentecitas en blanco se van nutriendo poco a poco de todo cuanto experimenten en su entorno, de lo que observan, de lo que escuchan, en fin, de todo lo que perciben.

Hoy estuve leyendo varios comentarios de Alexander RodríguezDarío Martínez Batlle  en un post originado por Gibrán Abreu en Google +. La publicación trataba, entre otros tópicos,  sobre fitness y las motivaciones de cada quién para emprender una rutina de ejercicios y mantenerse.

Dentro de la interacción que se dio, uno de los caballeros mencionó su deseo de ser todo un papá atlético y saludable para sus futuros hijos, quizás y orillado por la experiencia que él tiene con su propio padre.

Dicho esto, me surge una pregunta. ¿Realizan (o realizaban) sus padres alguna actividad (laboral o recreativa) de manera constante? ¿Qué sienten ustedes respecto a dichas actividades? ¿Les gusta?

La pregunta es por obvias razones. Los padres son los primeros maestros de los niños, y los más importantes. Muchos padres se enfocan en enseñarles a los hijos a saludar, a utilizar las distintas frases de cortesía, a compartir con los demás y fomentamos el compañerismo desde que ingresan a la guardería. Genial.

Sin embargo, creo que nos olvidamos de muchas cosas importantes. ¿Dónde quedan los buenos hábitos de leer, ahorrar, alimentarse bien y ejercitarse regularmente?  Sí, que ya sé que algunos dirán que soy la menos indicada para hablar de eso último, pero, por algo es que lo digo.

En casa crecí viendo a mi madre ahorrar las monedas que sobraban de la quincena en una vieja lata de jugo de pera (los dominicanos sabrán). Ella también tomaba cualquier pedazo de papel y rápidamente lo convertía en pequeñas figuras de Origami con los que me entretuve por mucho tiempo. Por su parte, mi padre es un lector voraz, carpintero creativo y un severo crítico de cine.  No puedo asegurarlo a plenitud, pero es muy probable que mi gusto empedernido por la lectura y las manualidades tenga sus causas en mi infancia. Que haya podido independizarme económicamente sin caer en gastos engorrosos también es producto de todo lo que vi de niña.

No obstante, muchas otras cosas las aprendí después de adulta, pasando una que otras penas y pensando dentro de mí que  «Si a lo mejor…».  Obviamente, la japonesa en mí no puede permitirse ponerle peros a la manera en que sus padres le criaron. Entiendo que ellos hicieron lo mejor posible. Por esas razones, prefiero emular todo lo bueno que recibí de ellos e incorporar aquellas cosas que no experimenté, pero que considero importantes para el desarrollo saludable (en todos los aspectos) de mi hijo.

Nuestra responsabilidad como padres es AMPLIA. No es solamente hacer de esa criatura, una persona de bien. No es simplemente educarle académicamente, animándole a desarrollar sus propias destrezas y conseguir éxito profesional. También es importante enseñarles a cuidar de su salud para lograr todo lo anterior, a leer e indagar constantemente para satisfacer sus dudas, a ser organizados con sus finanzas, y lo más importante, incentivarlos a ser ellos mismos.

Mi responsabilidad como madre consiste en ser lo mejor posible para él, para que a su vez él pueda ser lo mejor para la sociedad.  ¿Por qué no empezar hoy siendo un mejor modelo de adulto, de ser humano, de individuo?

Happy New Year!

Happy New Year!   / ¡Feliz Año Nuevo! / 新年明けましておめでとうございます。

El calendario se ha reseteado. Doce meses más de oportunidades.

Mi única resolución del año:  Dejar la jarganería (holgazanería, pereza, para mis lectores internacionales).

Espero que este 2013 sea de gran bendición para cada uno de ustedes y sus familias.

 

Abrazos.

 

 

Muy rápido

El tiempo pasa rápido. O es que estoy viviendo apresuradamente.
No lo sé. Simplemente puedo percibir que el transcurrir de los días es cada vez mucho más acelerado. ¿Qué ocurre? ¿Alguna treta de Einstein y su teoría de la relatividad?  ¿Será que he estado muy estresada, con tantísimo trabajo, que he perdido la capacidad de disfrutar el día a día con calma?

El tiempo pasa rápido. Vean la fecha en sus calendarios. Ha transcurrido más de la mitad del año. No sé ustedes, pero todavía permanece vívido en mis recuerdos, la cena de Navidad y las llamadas en año nuevo. ¿Acaso no fue hace poquito?  Bueno, según el calendario, ese poquito ocurrió siete meses atrás.

Percibir que el tiempo ha transcurrido rápidamente me hace sospechar que he estado un tanto desprevenida. Creo que es tiempo de sentarme tranquilamente en mi cama, cerrar los ojos un ratito y meditar sobre lo que he hecho -o no- durante este tiempo.

Sí. Eso haré. Ya es tarde. Un buen momento para ejecutar lo que he mencionado.

Mañana será otro día.